Esperando bajo el sol que apuntaba directamente en la cara, desesperado por el dolor de la muerte, de una niña inocente que en sus brazos alguna vez descanso, los recuerdos inundaban su mente y como reparar el daño si esto para este momento, es inevitable. Otro hora el atardecer iluminaba con radiante furor una vida llena de esperanzas que para el momento estaba tomando forma, cuando el sol iluminaba en la ventana sus ojos tornaban rojos por el llanto que produce el arrepentimiento, la desesperación va llenando su mente poco a poco y sus manos empiezan a recoger fuerzas para arrancar más que la vida el dolor causado por el error.
Su familia ha sido decepcionada por el impulso mortal que causo aquel vicio que inundo su vida, la soledad es mas que su compañera ¡su cárcel!, Desolada su habitación podrían las ratas posar para su refugio, lleno de miseria, vuelto una basura para la sociedad pasaba la noche en esas cuatro paredes que lo rodeaban dispuestas a caerle encima por la barbarie que a cometido. ¿Pensando? Para que pensar lo que no se puede arreglar, los valores que su madre le enseño han llenado de remordimiento y decepción el alma de aquella mujer que en la tumba alguna vez descanso.
La noche inundo la ciudad, paralizadas las calles el sale a caminar, los indigentes lo miran con repugnancia al saber que es el autor material que busca la autoridad, buscando como los perros en la basura algo para mantener su cuerpo, encontró el reporte de su crueldad causada días anteriores que por dignidad no quiero contar. Al volver la mañana el se interna en su maldito escondite digno para no encontrar, que nadie podría pensar que allí se alberga la crueldad de la ciudad.
La culpa que esta sintiendo rompe su cuerpo en dos y pudo encontrar la cura para su dolor ¡la muerte! Como si estuviera inconsciente tomo una decisión definitiva y sin pensarlo dos veces se lanzo a su fin, ¿pudo sanar su dolor? Quizá la muerte como su vicio lo ayudaron a perder la razón pero el daño nunca se remedio…
Y el perdón que necesitaba nunca llego, a su alma el pecado cobro, de nada sirvió acabar la vida por que no logro su perdón.